Empezar una nueva serie de entradas que no son de informática, en un blog de informática, es difícil, porque siempre hay alguien que pregunta “¿y a mí qué me importa?, yo solo quiero que mi código funcione”. Hace tiempo que quería hacer esta serie de posts para compartir un poco de mi experiencia profesional, las lecturas que he hecho, los aprendizajes que he tenido, los aciertos y los errores (y sí, he cometido muchos).
He decidido hacer esta serie para hablar de mis dos pasiones: la informática y las relaciones humanas en el desarrollo de software. Aunque parezcan temas muy distintos, en realidad están relacionados. Ambos se ocupan de resolver problemas de la humanidad, y el factor humano siempre está presente en cómo hacemos las cosas.
En un mundo cada vez más digitalizado y con más formas de comunicarnos y expresarnos, es importante entender cómo las personas y las máquinas interactúan entre sí. Por lo cual, la exploración de esta serie irá en el sentido de cómo la informática y las relaciones humanas se entrelazan y ayudan a la construcción de mejores productos y servicios a las personas.
¿Estamos relacionados?
Claro que la informática y las relaciones humanas están interrelacionadas, porque siempre respondemos a las necesidades de otras personas. Ese es el ethos de cualquier sistema informático o proceso que implique la interacción entre humanos y máquinas.
Según Humberto Maturana, los seres humanos y las máquinas somos complementarios. Los humanos tenemos la intuición y la capacidad de crear cosas nuevas, mientras que las máquinas aportan eficiencia y precisión. Sin embargo, las máquinas no hablan, no razonan por sí mismas, no sienten emociones y no responden a estímulos del entorno.
Los desarrolladores de software, ya trabajemos en sistemas complejos o simplemente en hacer que los botones funcionen, necesitamos constantemente de otras personas para cumplir nuestros objetivos, recibir retroalimentación, cambiar y adaptarnos al entorno de trabajo. Por eso, nos relacionamos estrechamente con otras personas, ya sea de forma presencial, como en reuniones o pasillos, o de forma digital, como en videollamadas, mensajes de Slack o similares.
Las habilidades blandas son necesarias para lograr el objetivo de poder comunicarnos, compartir información y puntos de vista, ya que es parte de la humanidad ser “un ser social”. Por tanto, es necesario revisar el cómo nos comportamos, cómo hablamos, cómo nos enfrentamos a desafíos y cómo resolvemos los problemas como un conjunto de personas que trabajan en pos de las personas usuarias.
¿Qué espero de esta serie?
Quiero compartir lo que he aprendido en 15 años de carrera como informático. No pretendo tener la razón absoluta, pero espero que mi experiencia ayude a otros a mejorar. Quiero hablar de temas que a menudo se pasan por alto, como la importancia de las relaciones humanas en el desarrollo de software.
En esta serie, hablaremos de comunicación, habilidades blandas y aprendizaje autodidacta. No es una guía para implementar algoritmos o resolver problemas de relaciones humanas, porque estos temas son muy contextuales.
Espero que esta serie te sea útil. Si tienes alguna pregunta o comentario, no dudes en dejarme un mensaje.
¿Qué herramientas usarás?
Usaré Bard para corregir la gramática y la ortografía de mis posts. También usaré imágenes generadas por IA para ilustrar conceptos complejos. Creo que estas herramientas me ayudarán a crear posts más completos e informativos.