El viernes, ese día que esperamos con ansias desde el domingo en la noche para volver a ser libres durante 48 horas, que dedicamos a la casa, familia y otras cosas… y así se pasa otra semana, otro viernes, y otro viernes, etc.

¿Sabías cuántas veces hemos trabajado para llegar al viernes?, MUCHAS, no podemos negar que muchas veces hemos visto que ese maravilloso día está tan lejos y la vez cerca, que lo esperamos con ansias.

Yo he dicho varias veces “vamos, que quedan 4 levantadas más” para darme ánimo.

¿Cómo podemos sobrevivir a la semana y no pensar en la libertad del viernes?. Es una respuesta compleja, ya que eso depende de muchos contextos donde ocurran las interacciones laborales y cómo nos desenvolvemos en la semana. Sin embargo, creo que alguno de estos consejos podría ayudarnos a llevar de mejor manera la semana:

  • Cambiar tu rutina matutina de lunes a jueves: algo fácil es saludar y hablar con distintos compañeros todos los días -claro está, si trabajas con más gente-, lo que implica que debes saludar y hablar de cosas que no sean del trabajo, como fútbol, cosas de casa, etc., con el fin de despejarte antes de iniciar la jornada. Además fomentas el compañerismo y haces buenas charlas con gente que compartes más que tu familia en la semana.
  • Pausas laborales: no diré que usen pomodoro para que administren el tiempo, sino que darse un respiro cada X minutos/horas para levantarse, ver a través de la ventana (suponiendo que tienen) y pensar en la inmortalidad del cangrejo: te ayuda vaciarte de problemas y te da algo de ánimos para despejarte.
  • No mires el reloj: ¿sabías que el tiempo es relativo a su observador?. Muchas veces ha llegado la hora de partir a casa y no me doy cuenta de la hora que es hasta que veo el reloj. Si vives pendiente del reloj, el tiempo pasará “más lento”, ya que en todo momento estás sacando el cálculo para que acabe el turno o hora de acabar con este suplicio.
  • Dedicarte el viernes a la tarde trabajar en ese proyecto especial de tu trabajo: en un tiempo que me dedico en mi trabajo, he descubierto que dejar un tiempo para probar nuevas cosas que podrían simplificar tu trabajo, te ayuda a seguir pensando en el trabajo, pero hacerlo un poco más fácil y llevadero para ese viernes salir casi limpio de tantos problemas. (Comic Sans nació just for fun)
  • A casa sin el móvil: esta sí que es difícil, pero tomar el bus/micro o Metro/subte sin mirar el móvil es un desafío de la vida moderna… o sino, ¿cuándo veremos ese meme que ha circulado todo el día en Internet?. Abstenerte de aislarte del mundo y ver como pasa el paisaje por la ventana de ese medio de transporte, te ayuda a desvincularte de tu trabajo, al intentar vaciar tu mente. Dale descanso a tu mente, en casa te lo agradecerán.
  • En casa, a la familia: cuando era más joven, sin hijo y recién casado, llegaba con un cerro de trabajo a casa, cenaba (o tomaba once) y luego a seguir trabajando… ¿cuándo descasaba?. Si tu proyecto va atrasado, llevar trabajo a casa no lo acelerará, sino que hará que lo hagas peor, ya que no descansarás.

Quizás estos consejos sean vagos e inútiles, pero me han sido útiles para evitar pensar en “llega viernes por fis…”.