Hace dos años me convertí en padre de un pequeño que bastante regalón y juguetón: lo llamamos Sebastián y definitivamente me cambió la vida.

Este cambio me ha hecho plantearme mi trabajo y la dedicación que le entrego a mi profesión. Antes del nacimiento de mi hijo yo era un trabajólico de fin de semana y sobre tiempo buscando dar lo mejor de mi en todos los ámbitos laborales: programador, soporte 24/7 y siempre leyendo decenas de blogs para mantenerme al día con todo.

Sin embargo, a partir del nacimiento de mi hijo, un día como hoy hace dos años, decidí que mi trabajo era algo muy secundario y que mi ideal es tener todo el tiempo del mundo que pudiera entregarle a mi pequeño, ya que no quiero perderme momentos importantes en su vida, y desde luego, me ha ayudado mucho a disfrutar con él.

Una pequeña decisión que implicó mucho

Hace mucho tiempo adquirí las ideas del Agilismo donde se inculca que el software es construido por personas que cooperan para un bien mayor, y desde luego se centra en que todos tenemos necesidades y vida tras el trabajo. Después de tanto tiempo y varias lecturas, entendí sin lugar a duda que:

El trabajo no tiene fin, nunca acabarás el trabajo, y por tanto hay vida fuera del trabajo

De hecho, en Australia se planteó una idea que te retires a tiempo una vez al año. Otra decisión muy importante que tomé fue que mi teléfono no tendrá nunca más el correo de mi trabajo ya que eso impide que me desconecte y viva mi vida.

Mi hijo, sangre de mi sangre, me ayudó a vivir nuevamente… quizás suene algo trillado, pero sin duda es un cambio del estilo de vida que debes asumir si quieres vivir a concho tu vida: la pega es una parte de tu vida, pero no es tu vida, donde centrarte en ella te llevará a un desgate (véase el síndrome del burnout) y desde luego te dejará vacío en muchas ocasiones de las experiencias de la vida.

Es una elección, no una obligación

Ser padre es una elección, no una obligación. Hace algunas semanas Jennifer Aninston dejó en claro que el éxito en la vida no se mide en los hijo ni en los matrimonios, ya que no es la aspiración personal de todos formar una familia.

Ser padre es una elección -en muchos casos- que debe incluir un nuevo inicio en la vida por que tu eres responsable de una nueva vida que necesita de ti: tus abrazos, tus besos, tus caricias.

Algunas lecciones de los dos años

Aquí dejo algunas pequeñas lecciones…

  • El software puede esperar un día: nada es urgente -a menos que trabajes en producción-.
  • Respeta los tiempos de todos: tus compañeros de trabajo, tu hijo y tu pareja.
  • Date tiempo para ti y tu pareja.
  • Enseña modales y respeto desde pequeño
  • Un abrazo y un beso son las mejores compañías
  • El no tiene un valor especial en el trabajo: no te hace peor trabajador, simplemente te hace mejor persona.

Agradezco a Dios por la oportunidad de dedicarle y tener la opción de entregar ese tiempo a mi pequeño.